
Joven de nuestra ciudad ganó el certamen literario de Ana Frank a nivel provincial y nacional

Este lunes, la joven de 17 años y de nuestra ciudad Julieta Amprimo, recibió el premio obtenido en el certamen literario DE ANA FRANK A NUESTROS DÍAS, donde ganó tanto en la provincia como en la instancia nacional.
«Julieta se merece el premio por su dedicación», entendió el senador Leonardo Diana, quien entregó el reconocimiento y un set de libros junto al responsable del Centro «ANA FRANK» en Santa Fe, Leonardo Simoniello, y al candidato al Concejo Mariano Busso.
Amprimo, alumna de la EETP Nº 456, participó del concurso «con una poesía que había escrito hace varios años, cuando tenía 14, y trata sobre la dictadura militar, que era uno de los temas propuestos», en tanto que se mostró «muy contenta porque es de los primeros poemas que escribí… Nunca imaginé que iba a pasar esto, pero es lo que quiero para mi vida. Aún no tengo decidido qué estudiar, si Letras o Periodismo, pero seguro algo relacionado con la escritura».
Cabe destacar que más allá del premio a nivel provincial, también la joven obtuvo el logro a nivel nacional, con otro poema de escritura más reciente: «Con mucha satisfacción estamos viendo cómo la historia de Ana moviliza, como así la de otros jóvenes que vivieron la época del genocidio nazi, como otros momentos como en nuestro propio país, donde no hay que retroceder 80 o 90 años… No todos los jóvenes son indiferentes, en este caso, el concurso literario tanto a nivel provincial y nacional rescata esa voz, en el caso de Julieta lo había escrito hace tiempo, sin embargo este tipo de temas tiene mucha vigencia», sostuvo Simoniello, indicando que fueron 140 los jóvenes participantes por Santa Fe en esa categoría.
«La escritura es muchas veces sinónimo de resistencia -continuó-. Ana Frank se dedicó a escribir en su escondite y luego sus textos fueron utilizados como testimonio para recordar que no vuelva a suceder lo que pasó en su época en Europa…». «Y tenemos que seguir transmitiendo esto a las escuelas -finalizó Simoniello-, por eso agradezco que nos acompañen Leo, Mariano, los papás y el novio de Julieta, para nosotros es importantísima su presencia porque la familia es la que va, la que banca, y la que comparte muchísimas emociones».
“El pantano de la memoria” (Julieta Amprimo)
Decir lo indecible.
Escribir los miedos,
las voces,
la furia.
Escribir lo atroz
para luego callar.
Las marchas de la muerte
caminan por sobre nuestros cuerpos.
El estómago se retuerce,
se refugia,
y se inquieta
como una serpiente insaciable
que se llena de migajas de pan,
y de cáscaras de papas.
Los trenes pasan
una
y otra vez…
Y se llevan los sueños,
se llevan los nombres,
convertidos en cifras enclenques.
Las muñecas tatuadas y las estrellas amarillas,
vestigios del horror.
Los números, conteos horrorosos de ojos cóncavos.
Cifras marcadas como lenguaje,
como un dialecto de procedencia desconocida,
en la memoria
y en el centro de la sienes.
El cuerpo lacerado de tanto arrastrar las cadenas.
La ropa embarrada de sangre
no se quita,
ni zurciéndola con fuerza o apretando el jabón.
Las armas son más viejas que la memoria.
Los hechos
Llevan dibujados
En el rostro
Lágrimas.
El monstruo del recuerdo
Es a veces nuestro espejo roto.
La guerra simplemente olvida,
Sin embargo
La memoria
Danza vigorosamente
Como un pez en el pantano
recobrando sus fuerzas ,
para estallar en las voces silenciadas
de nuestra historia.