«Y los niños qué?», una iniciativa que propone reinsertar y educar a los más chicos en este tiempo de pandemia
Gino, de 7 años, le dijo a Virginia: «Mis neuronas, de la creatividad se me murieron», y Vitto preguntó: «Y si el vecino salta el tapial para jugar?». Estas frases son parte de la realidad que los chicos viven hoy en día en casa, y tras la pregunta «Y LOS NIÑOS QUÉ?» en este tiempo de pandemia, nació una iniciativa que fue juntando a papás, profesionales de la salud, docentes, profesores de Educación Física y dirigentes deportivos.
Virginia Delgado, Ignacio Delamorclaz y Paul Minzer forman parte de esta propuesta «que nos fue reuniendo, dado que estamos viendo en estos 7 meses de pandemia que los chicos han quedado invisibilizados, y la niñez no tiene un espacio de consideración… Todos consideramos que es una pandemia sumamente desigual y hay cosas que vamos viendo que deberían ser tratadas con urgencia, por lo que creo que en esto tenemos que ser socios estratégicos y quienes trabajan con la niñez tienen que ser convocados por quienes nos están cuidando para tratar de ver no sólo cómo reinsertamos a los niños en esta nueva vida, sino también cómo seguir educándolos«.
Virginia entendió que «el interactuar es una condición humana, pero (a los chicos) hay que enseñarles a hacerlo en esta pandemia, y ése es el rol que pueden tener los clubes o aquellas personas por ejemplo que trabajan en arte. Es decir, hay que reinsertarlos en sus actividades y seguir educándolos, para que, si van a un playón, aprendan por qué no tienen que compartir una botella de agua, por qué no tienen que usar un bebedero, por qué tienen que llevar un gatillador para desinfectar la pelota que usen… Tal vez el riesgo no sea cero: uno cuando hace movimiento, entre las habilitaciones va a haber cosas negativas y otras que van a ser positivas. Pero insisto, tenemos que empezar a ver a los niños, es algo que no está pasando solamente en Gálvez sino en el mundo, en un confinamiento que los ha lanzado a problemas de salud, a problemas emocionales, a una adicción a la tecnología como nunca y que no reconoce edades, por lo que como sociedad tenemos que trabajar en equipo, y de manera organizada«.
«Nacho», en tanto, remarcó: «Yo quiero hablar de la niñez vulnerable, de los chicos que no tienen oportunidad de pagar cuotas para acceder a un deporte, y lo hablamos con otros profes y distintos clubes. Tenemos que buscarle la forma: muchas veces los referentes que esos niños tenían eran los profes y docentes, por lo que tenemos que juntarnos quienes estamos en la parte de recreación, las autoridades, la educación, para charlar y definir cómo podemos organizar esto otra vez«.
En ese sentido, Delamorclaz se puso en contacto con dirigentes de El Trébol «donde habilitaron las actividades para los chicos de 8 a 12 años, charlé con Fermando Molinari, profesor de Gimnasia, y con la gente de protocolos de acá, con Gastón Zurschmitten, poniéndolos en contacto para poder llevar a cabo ese proyecto en Gálvez, lo que vería para un futuro cercano siempre que no haya contagios porque esto no es liberar, es hacer una trabajo a conciencia y cumpliendo con los protocolos que viene pidiendo la Provincia, que son buenísimos porque donde se cumplen los protocolos, la gente no se contagia. Riesgo cero no va a haber, pero estamos en una situación compleja y tenemos que animarnos a hacer algo diferente, porque estamos viendo que el estar encerrados y el prohibir no está funcionando. Mañana jueves vamos a estar reunidos virtualmente con Defensa Civil y vamos a proponer, a charlar, para que tratemos de solucionar esto, porque el riesgo más grande lo están teniendo los chicos en su casa, no con el virus sino con lo que les está aparejando toda esta situación«.
Delgado insistió: «Nos tenemos que organizar en este nuevo orden: esto está y lo estará por largo tiempo, por lo que es necesario empezar a trabajarlo. Y por otro lado, hay que apuntar a la educación. Queremos que los niños recuperen su vida, pero que se eduque en la prevención, ése es el secreto, y apelar a la gente que trabaja con niñez. Sabemos que las cuestiones de orden político son verticalistas, pero no creo que haya muchos que no coincidan con lo que estamos diciendo: esto es Gálvez, ésta es su realidad, su gente, y creo que podemos discrepar pero que nos podemos organizar como ciudad chica que somos. Las realidades de las ciudades son distintas, y ésas son fortalezas que tenemos que tener: acá nos conocemos todos, podemos organizarnos. Discrepar a veces también es saludable, y tenemos que decir ‘se puede’: insisto, las consecuencias de lo que está pasando, ni que hablar en el orden económico, pero de las emociones y la salud, lo vamos a pagar caro».