«La Caterva» Alimentos Agroecológicos: un emprendimiento familiar que crece en sabor
«Esto surgió a través de la militancia que hemos tenido como familia en búsqueda de la salud… Entendemos que los alimentos son un derecho humano y a través de mi experiencia en el Norte del país, en mi trabajo anterior, hemos conocido distintas formas de procesar alimentos, y hace tres años y un poco más, comenzamos con LA CATERVA«, explicó a GálvezHOY Pablo Rivoira, emprendedor que junto a su esposa Carina e hijas, llevan adelante en Remedios de Escalada 1675, la producción de distintos alimentos, desde harinas hasta elaborados como el alfajor, pasando por prepizzas o tapas de empanada integrales. Los conocimos vendiendo en las ferias que el año anterior se realizaban mensualmente en el local de AMSAFE, y esta semana, cumplimos con la promesa de visitarlos en su lugar.
«Empezamos primero moliendo harinas, de trigo y de maíz, y las habilitamos en el CeDA, y luego se fueron sumando 
productos: hoy tenemos 15, unos habilitados y otros en proceso. La mayoría no existían en Gálvez, así que agradecemos mucho al Centro de Desarrollo Agroalimentario porque hoy todo se piensa siempre a gran escala y nosotros tenemos un molinillo pequeño», apuntó, haciendo mención especial a la harina de algarroba, quizá el producto más reconocido de LA CATERVA a través de sus alfajores de dulce de leche y membrillo, encontrados en almacenes o ferias.
«La algarroba es un alimento ancestral -comentó-… En nuestra experiencia en el Chaco conocimos el trabajo con los algarrobos, gente que se dedica a reforestar con estas autóctonas: la algarroba es muy rica en vitaminas y proteínas, tiene azúcar natural, es antioxidante, muchas propiedades naturales. Empezamos hace dos años y pico a trabajarla, haciendo harina para transformarla en un alfajor, y luego fuimos utilizándola en otros productos como el café de algarroba y la chocolatada de algarroba, similar al cacao pero ambos no producen acidez…».
En la actualidad, además, LA CATERVA sumó la elaboración de yogurt y dulce de leche caseros, «que no estaban registrados en Gálvez. Nos encontramos con casos que la leche se produce en la zona pero tiene que ir a procesarse a otro lugar, lo que la encarece, entonces pensamos que generando estos productos, con cero aditivos, significan menor costo, salud, y también revalorizar los productos de la zona, que es lo que nosotros queremos implementar», reconoció Rivoira.
LA CATERVA trabaja hace dos años junto al programa provincial DE MI TIERRA, «que nos permite tener habilitación local y poder vender en distintos lugares de Santa Fe, así que estamos llegando -si bien en pequeña escala- a Rosario, Andino, Las Rosas, San Genaro, San Jorge, Rafaela… Siempre alguien distribuye estos productos de manera artesanal, no queremos que los nuestros sean comerciales, sino populares»…
El nombre surgió «porque caterva se usa en general para algo despreciado, esa «caterva» de personas, ese lugar es una caterva…. Como verán, nuestro horno usa leña que reciclamos y encontramos por la calle, la chaucha de algarroba también está olvidada como así ese saber ancestral en la elaboración de alimentos, muchos de nuestros envases son reciclados (las botellas del yogurt son recicladas de salsa de tomate, lavadas y esterilizadas), el cajoncito donde exponemos los alfajores se arma con madera reciclada, tenemos bolsitos que también son de producción local con materiales reciclados… La pandemia nos enseñó eso: que quizá alguna cosa que no tenía valor en su momento, hoy pasa a los primeros lugares, y nuestra premisa es que aquello que fuera despreciado en algún momento, hoy sea fundamental».
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