Apagar el fuego en plena selva: la experiencia de los bomberos galvenses que viajaron a Misiones

Bomberos de nuestra ciudad, estuvieron colaborando días atrás en lo que fue la tremenda tarea de apagar los incendios ocurridos en Corrientes y Misiones de nuestro país.

La brigada santafesina que viajó al N, estuvo asignada a trabajos en incendios forestales en Misiones, «sí de pasada estuvimos por Corrientes, y a pedido de Gendarmería, apagamos los focos existentes en el lugar para poder habilitar ese sector de la ruta», señaló a la prensa Hernán Paleo, uno de los galvenses que cumplió funciones en Caraguataí o Caraguatay. «Lo que se tenía que hacer es cuidar un par de zonas de reservas indígenas que había en el lugar, como así zona de plantaciones de pino y mucha forestación autóctona. Ellos están preparados para incendios de esta magnitud, no tenían registros, dado que es una zona muy húmeda pero hace ya dos años que vienen con niveles de lluvia muy bajos y se fueron dando las condiciones, con mucho material combustible que podía arder», añadió, entendiendo que «las posibilidades que el fuego haya sido intencional siempre están, hay una parte en donde nos decían de un problema eléctrico, o que llegó desde Corrientes, pero eso no lo podemos establecer. Sí que había una importante zona quemada, y si bien utilizaron helicópteros, al haber plantas tan altas, el agua no llegaba a extinguir bien debajo de los árboles, por lo que debía ser un trabajo de mano».

 

 

Junto a Hernán viajaron Emanuel Premet y Juan Ignacio Lanzo. «Ema estuvo en la parte de Comunicaciones como encargado del camión de comando de la Federación Santafesina de Bomberos, que cuenta con computadoras y demás, ocupándose de que tuviéramos comunicación entre nosotros», destacando que para llegar a los incendios, debían trasladarse una hora en vehículo y hacer unos 45 minutos más caminando, «en zonas que no estamos acostumbrados, con subidas y bajadas… Los primeros dos días nos costó aclimatarnos, con jornadas de mucha humedad (70, 80%) y altas temperaturas (35º)».

Emanuel reseñó que «con el camión estábamos como acá, 20/30 metros sobre el nivel del mar, pero los chicos en cerros a 200, 300, 400 mt. y debíamos traspasar los cerros, haciendo puntos de comunicación, nunca se pudo hacer una comunicación directa porque el terreno no lo permitía, pero se lograba ese contacto para conocer las necesidades y lo que estaba pasando». La comunicación fue fundamental por ejemplo, para salvar a un compañero que se descompuso en el trabajo, «porque no había Internet ni señal de teléfono, lo sacamos caminando entre dos y ahí una de las camionetas lo llevó a un punto seguro para que lo buscara un helicóptero, siempre a todo esto, tratando hasta enganchar la comunicación con los móviles, guiándose a través de coordenadas».

Lanzo en tanto, estuvo en la parte de control y logística de vehículos. «Yo ya había estado en San Luis el año pasado y estaba acostumbrado a trabajar en el llano, y allá nos encontramos con un terreno muy complicado, propiamente en la selva misionera, por lo que la labor fue muy intensa -dijo ‘Juani’-. Como experiencia fue algo único, y dentro de la desgracia ajena, conocimos la amabilidad de la gente y otro ritmo de vida», reseñó, mencionando como anécdota que «cuando íbamos en caravana por Santo Tomé en Corrientes, nos arrojaban agua, comida, percibiéndose la verdadera necesidad de la gente que tenía para que colaboremos».

Además, «también conocimos la realidad de las comunidades aborígenes, que viven de caza y pesca, lavan ropa y buscan su agua en el arroyo, y vimos cómo sufrían con la quema de su selva, porque es su fuente de vida, una vida muy natural».

Cuando retornaron Paleo, Premet y Lanzo, Santiago Cesano también viajó a Misiones a modo de reemplazo, dedicándose a diferentes tareas de colaboración frente a los incendios.