HISTORIAS URBANAS… un mes de cuarentena: nuevos hábitos, nuevas costumbres
Este lunes se cumplen ya 30 días del inicio del aislamiento social preventivo obligatorio dictado por el Gobierno por el coronavirus.
Desde hace ya un mes estamos confinados, aislados, en cuarentena. Y de manera inevitable, las costumbres fueron cambiando: los hábitos, los horarios y el modo de relacionarnos fueron mutando así como la misma realidad, atada a los caprichos de un virus extraño, que nos sorprendió y nos tiene a todos un poco desconcertados.
Hoy salir a la calle significa caminar con desconfianza, ya no por la inseguridad que muchas veces se vive en las ciudades, sino con el miedo de contagiarnos… En esta cuarentena de pandemia no nos reunimos con nadie, y hasta sucede con los propios integrantes de nuestras familias.
Es que las costumbres cambiaron, y la fisonomía de cada uno de nosotros también. Vamos a los negocios de cercanía (como se dan a llamar ahora a los locales del barrio en esta nueva época de coronavirus) y nos cuesta reconocer a esa persona que está afuera esperando su turno para entrar, porque ahora su cara está cubierta con un barbijo o tapabocas -esas palabras nuevas que suenan tanto hoy en todos lados-.
Pero de esta salimos todos juntos. Debemos repetirlo como un mantra. Debería ser el lema de este convulsionado 2020. Hasta que llegue ese día en que podamos perdernos en un abrazo o simplemente darnos la mano con la seguridad de saber que, por fin, volvimos a ser los mismos que antes. Y ojalá, mejores aún.