«Los perros no son toda tu vida, pero hacen tu vida completa»

Hoy, como casa semana, una nueva historia de los perris de Reserva Canina. Es nuestro deseo, junto a quienes los miman y los cuidan, que cada uno de estos animales deje el refugio para conocer el amor de un hogar.

» HOLA, SOY LUISA  Y ESTOY BUSCANDO UNA FAMILIA «

-Enviado desde Reserva Canina Gálvez-

Hace 4 años, mi vida cambió para siempre. Estaba en la calle, en celo, con un montón de perros siguiéndome y acosándome. Tenía mucho miedo, estaba lastimada, mordida… se notaban mis costillas por lo flaca que estaba y, de tanto andar, tenía las plantas de mis patitas lastimadas. También tenía mucha sed. Buscaba desesperadamente que alguien me ayudara, ya me iba a rendir, y cuando creí que era mi fin, alguien me vio, me envolvió en una sábana… y me trajo a un lugar donde finalmente me sentí a salvo: Reserva Canina Gálvez.

Cuando llegué, me llevaron a la salita de primeros auxilios, me curaron, me dieron un buen baño calentito, rica comidita, muchos besos y un nombre. Desde ese día, me llamo Luisa.

Tengo la suerte de no vivir en un canil: durante el día estoy suelta en el predio, corriendo, jugando, siendo libre. Me llevo muy bien con otros perros y soy muy cariñosa con las personas. Cuando alguien se acerca, les toco la mano con mi hocico para que me acaricien la cabeza. Me encanta… cierro los ojos y, por un momento, me imagino que ya tengo una familia.

Pero cuando cae la noche, la soledad me invade. El silencio del refugio me recuerda que aún me falta algo, algo que estoy segura que todos deseamos en el refugio, pero que a mí me quita el sueño y hace que sienta como un agujero en el pecho. Mientras los otros perros duermen tranquilos, miro hacia arriba y pido al cielo, pido escuchar los pasos de algún humano que venga a consolarme y me diga que no estoy sola. El frío de la noche me envuelve, y aunque tengo un techo y una cama con cartón cálida, la tristeza me acompaña porque mi corazón sigue esperando tener mi propia casita y hermanos humanos con quienes jugar.

Estoy castrada, vacunada y sana. Y aunque acá me quieren mucho, sigo buscando un lugar donde sentirme única.

¿Y si fueras vos quien me lo da?

Con amor»

Luisa – Reserva Canina Gálvez