Leandro Boero, desde noviembre, es el nuevo jefe en la Agencia INTA Gálvez
El Lic. Leandro Boero se hizo cargo de la Agencia INTA Gálvez a partir del pasado 1ro. de noviembre, tras haber superado el concurso para la jefatura. Licenciado en Producción y Administración Agropecuaria, trabajó en el INTA Oliveros unos 7 años, para luego pedir el traslado a Gálvez, que «es una zona que yo conozco porque soy familiar de productores y bueno, era un desafío para mí tratar de aportar a todo el sector agropecuario y a la sociedad en general», explicó.
«Con el transcurrir de los años -agregó- traté de capacitarme siempre y con la mente puesta en tratar de ir progresando, y creo que puedo dar un aporte desde mis conocimientos a todo el sector».
Asimismo planteó que su principal objetivo es «mejorar la productividad de todo el sector agrícola y del ganadero… Esa mejora se realiza en base a experimentación adaptativa y a capacitaciones, y en cuanto a la sociedad, se contribuye con el área de Pro-Huerta, hay dos técnicos encargados que trabajan con la entrega de semillas, con capacitaciones y formación de nuevos huerteros, y después tenemos un área de apicultura, que en ese caso está Germán Masciángelo, que trabaja también formando nuevos apicultores y capacitando a todo el sector».
Sobre la situación del campo en particular y el impacto del clima durante estos años, puntualizó: «Fueron tres campañas de sequía, con precipitaciones muy inferiores a la media histórica, y esta cuarta campaña también se pronunció seca, si bien no terminó el año, estamos en poco más de 600 milímetros, o sea que muy difícilmente lleguemos a superar la media histórica que para la localidad de Gálvez es de 1.035 milímetros».
Boero contó que la falta de agua «afectó negativamente en trigo y cebada. Si bien se tuvo que replantear, porque a principios de año en abril y mayo las precipitaciones no llegaban, entonces los productores tuvieron que cambiar, porque muchos siembran acá ciclos largos y pasaron a todo planteo ciclos cortos, hasta que después se dieron unos 230 milímetros que permitieron la recarga parcial del perfil del suelo y se pudo iniciar la siembra de trigo».
También contó en el caso de este cereal, que «durante el transcurso de todo su ciclo no recibió casi precipitaciones, sólo se desarrolló con las precipitaciones del perfil de ese mayo que llovieron 230 mm., después se dieron precipitaciones -una de 20 mm. y dos o tres precipitaciones sólo de dos o tres mm.- que prácticamente no influyeron».
De todas formas el rendimiento «si bien uno hubiese esperado que fueran relativamente bajos, porque hubo lotes directamente que se descartaron en su comienzo, hoy en día se está hablando de rendimientos de entre 20 y 30 quintales que es un rendimiento relativamente bueno para lo que fue la campaña, o sea los productores se están llevando la sorpresa para bien. Además hubo algunas tormentas con piedra y granizo, en su comienzo en septiembre algunas heladas, después en octubre surgieron otras que también vieron afectada la productividad del trigo y para finalizar, hubo alguna caída de granizo que también perjudicó al cultivo, se habla de pérdidas de entre 20 y 30 por ciento según los tasadores de los seguros».
Y en cuanto a la siembra y a las perspectivas de la cosecha de soja, analizó que «a fines de octubre se dieron precipitaciones que permitieron la recarga del perfil y se pudo iniciar la siembra de manera normal. Ahora se están dando precipitaciones medio seguidas, lo que provocó el planchado en algunos casos, pero al seguir lloviendo provoca la ruptura nuevamente de ese suelo como para que pueda terminar de emerger de manera normal».
Boero entendió que si el clima sigue de esta forma «el desarrollo del cultivo de soja va a ser bastante bueno. La perspectiva es que va a ser una cosecha superior a la de este año teniendo en cuenta que el rendimiento de la soja de la campaña 2022-2023 fue bastante bajo, hablábamos de lotes que directamente no se habían cosechado y lotes de 20-30 quintales, pero contados con los dedos, o sea son muy pocos».
PERFIL DE SUELOS
El nuevo director de la Agencia INTA Gálvez, también analizó la situación del perfil del suelo al observar que «en 2019 la influencia de la napa estaba en muchos sitios del departamento San Jerónimo por encima de los 50 centímetros, lo que se trasformaba en un problema y se hablaba de que había que trabajar de cómo reducir esa influencia de la napa… Hoy en día la napa está por debajo de los 4 metros, que no está disponible para los cultivos, es decir el caso del trigo y la cebada no pudieron aprovechar esa recarga de la napa como para tener una influencia positiva».