Dictaron taller para docentes: «Los títeres y objetos lúdicos como puentes de comunicación»
En una actividad articulada entre el Instituto Superior Particular Profesorado del Colegio del Calvario en conjunto con el Municipio, llegó a la ciudad para disertar la docente Elena Santa Cruz, Magister en Familia, Licenciada en Educación Inicial y Titiritera. «Tenemos el privilegio de contar en Gálvez con la presencia de Elena, quien brindará una capacitación para docentes, alumnos que están estudiando el Profesorado, personas que están involucradas en la educación y todo aquel que quiera abrir sus cabezas y sus corazones», dijo Rogelio Borra García, al momento de la presentación de la invitada. La propuesta fue conocer cómo construir puentes de comunicación con el alumnos o los chicos, a través del títere y el juego.
Por su parte, en representación del Colegio, la Profesora Betiana Balbo destacó que «esto surgió a partir de una iniciativa de una docente del área de Estético Expresiva del Instituto, Mónica Gerbaudo, cuando propusimos la idea de traer algún capacitador -algo que se hace por lo menos una vez al año- empezamos a proyectar y a programar esta oportunidad que para nosotros es única y realmente es muy gratificante de crecimiento emocional, de crecimiento cognitivo, un crecimiento en el saber integral, porque realmente en lo humano y en los saberes nos llena en nuestra totalidad».
A su turno, la Mg. Elena Santa Cruz, se mostró agradecida con las palabras de recibimiento para luego explicar que «lo primero que hay que hacer en la vida es agradecer, a quienes me han invitado, a quienes me han traído, o sea, todo fue una fiesta. Yo creo que ese espíritu festivo desde el primer llamado es lo que vamos a tratar de reflejar hoy».
En ese aspecto, indicó que «hoy vamos a hablar de títeres y objetos lúdicos como mediadores. En realidad, no tiene edad y es específicamente para docentes y estudiantes, pero podría venir toda persona que trabajara con personas. Y, refiriéndose a los elementos con los que trabaja, comentó que «la idea es que todo este material tiene que ver con mostrar la importancia de establecer puentes de comunicación hechos a medida, con conciencia, teniendo en cuenta los contextos, las edades, las circunstancias del otro, para que la comunicación sea profunda y por tanto el aprendizaje significativo».
La invitada destacó también que durante la actividad no se iban a utilizar celulares, pero «no puedo estar en contra de la tecnología porque uno ya sabe que todo esto también nos posibilita hoy esta comunicación con otros que no están aquí. Pero hay todo un mundo que tiene que ver con lo manual, con lo artesanal, con lo tracción a sangre, con lo analógico, que no podemos perder. No podemos perder el juego, ese tipo de juego, además de los juegos que los niños, además sobre todo en pandemia, fueron los que más sostuvieron». En ese aspecto destacó la importancia de «recuperar aquello anterior que tiene mucho marco teórico también para justificar de la importancia de sostenerlo».
En cuanto a trabajar con un títere, la docente subrayó que «es un viaje de ida literal. El títere es ancestral, viene de la caverna y también viene de la cuna, porque en toda cuna, hasta en la más humilde aparece un objeto porque somos vulnerables. Entonces el trabajo con los objetos es un trabajo muy noble, el objeto es muy democrático, no requiere internet, no requiere nada y además permite la resolución pacífica de conflictos. No hay una plantilla que está armada de lo que podés hacer, sino que abre a toda tu creatividad. Entonces para mí trabajar con títeres es un honor, un honor poder estar con los objetos porque son absolutamente nobles, permiten la creación de cualquier tipo de historia. Y hoy vamos a ver eso, distintos tipos de títeres, distintos tipos de objetos, categorización de objetos y sobre todo un material que es posible de ser constuído por cualquier persona y en cualquier lugar».
«Hoy traje todas categorías distintas de objetos lúdicos, hechos en cajas, delantales, cuento en rollo, cuento en cartera, mantas, teatros mínimos, distintos tipos de títeres». Sobre las preferencias que tienen los chicos, Santa Cruz puntualizó que depende de la comunidad. «Hoy mi títere favorito va a ser el que me permita mejor mediar con este grupo. Todo esto está en función de un otro, es como un puente para llegar a otra orilla y el mejor objeto de hoy va a ser el que más conmueva a este grupo».
En cuanto al papel del docente, la Magister indicó que «primero debe animarse a recuperar el niño que fue, que vuelva a jugar, cuando uno juega se la juega, el juego es un hecho serio, muy serio, tiene que ver con poner en juego los sueños, los miedos, con poder mostrarse sin temor al que dirán, y en el juego uno se enlaza profundamente con el otro y con uno mismo, que se animen, que se animen, que vale la pena». Además, agregó una recomendación para los padres: «que no se olviden de jugar, que no se olviden del niño que fueron, aquel niño que esperaba la llegada de un adulto que los sostuviera, porque niños son todos, infante es el que puede, más que el que puede, el que le establece un vínculo afectivo que lo contiene, que por derecho lo deberían tener todos los niños y por tanto ser infantes».
Entonces, «debemos sostener a nuestros niños, escucharlos, nuestros niños también pasaron una pandemia, los más pequeños no la han podido poner en palabras porque la han vivido en los inicios de la vida, que se queden esos 5 minutos diarios, capaz 10 minutos, no importa, que tengan esa profundidad de mirarse a los ojos, de decirse que se quieren, porque cuando vienen tiempos difíciles es eso lo que te sostiene».
¿Qué es un títere?
«Uno cuando imagina un títere se lo imagina en un retablo, que es la casita de títeres. Bueno, un títere es todo objeto que al cobrar vida se transforma en objeto dramático». Y en ese sentido ejemplificó «cuando vos a tu bebé, al darle de comer esa cuchara la transformás en avioncito, esa cuchara es títere. El títere, dirían los Bredan Puppets, grandes titiriteros, es como el pan: es simple, es tosco, es inacabado también, porque lo termina la imaginación del otro, por eso cualquier objeto con el que juegues -un cucharón que lo haces hablar, una caja que lo haces hablar- ya es títere».
«Entonces por ahí un papá, una maestra, dice yo no tengo títere. Pues que hable tu cartera, que hable tu bufanda. En la medida que el animismo, como Gepetto que le dio vida al leño, permite hacer que hable cualquier objeto que haya, eso se transformó en títere. También está un poquito la inteligencia de la mamá y el papá, la creatividad del que lo lleva. Si se conecta con el niño que fue y como abajo de una mesa con latas y con maderitas y con la historia, yo creo que en ese momento el juego es el momento como las coordenadas más profundas. Porque el papá, la mamá, el tío, vuelven a ser niños. Y entonces esos niños se encuentran. El niño de hoy y el niño de ayer se encuentran. Y esto es altamente nutricio para las dos partes», finalizó la entrevistada.