Charla sobre Mama Antula, primera santa argentina: «Ella tuvo la osadía de hacerse instrumento de Dios»
A tres meses exactos de ser canonizada por el papa Francisco y convertirse en la primera santa argentina, Mama Antula (María Antonia de Paz y Figueroa) fue el tema central de la charla que se llevó adelante este sábado en la mañana en la Parroquia.
«Hoy tenemos la alegría hoy de poder conocer un poco más de la vida de Mama Antula, de quien me gusta decir personalmente que es la santa de la esperanza, la santa de que cuando todo parece que se terminaba, ella siguió porque amaba al Señor. Entonces, hoy tenemos la gracia de contar con una especialista que nos va a hablar un poco más del tema, para poder preparar a la comunidad para recibir las reliquias de Mama Antula», que van a llegar en el contexto de la fiesta patronal de San Cayetano, por quien esta santa trajo la devoción.
De esta forma, el padre Carlos Magnano presentó a Ana Falco, historiadora y conductora en la radio de la Universidad Católica en Sata Fe, y además divulgadora de la figura de Mama Antula.
Con incluso un film documental dividido en tres episodios sobre la vida de la santa, Falco se acercó a la vida de Mama Antula cuando «en el 2013 tuve que hablar para EWTN, un canal católico sobre el cura Brochero, siempre me aparecía Antula, y empecé a investigarla. Me enamoró… me sorprendió que una mujer de esa época se animara a pesar de las dificultades. Una mujer que llevó adelante una empresa, cuando la mujer solamente tenía actividades dentro del ámbito familiar. Comencé a estudiarla, y después tuve que ver con la historia del milagrado, por eso soy testigo. Pude acompañar la causa y salir a difundir cuando Antula realmente era una desconocida en esta patria y me llamaba la atención que los medios de afuera como la RAI me preguntaran y se interesaran por ella. Creo que ella tuvo la gran osadía de hacerse simplemente instrumento. De saber escuchar y no dudar, de no tener miedo. Porque el desafío era muy grande. Pero ella no preguntó por qué, simplemente salía», portando la ropa prohibida de los jesuitas y yendo descalza por el país.
«Ella es una vida que sorprende… La vida de una mujer del siglo XVIII cuando ni siquiera se animaba una mujer a andar sola o a saludar en público. Una mujer que, como dijo perfectamente el Padre, se animó en el medio de las dificultades, a llevar un mensaje. Y creo que eso es lo importante para cada uno de nosotros», planteó. «Muchas veces me preguntan, ¿una santa de un siglo XVIII nos puede servir todavía a nosotros? ¿Qué le podemos copiar? Y creo que Dios no se equivoca y los santos son elegidos por Dios…-entendió-. Ella tiene muchísimas facetas. Primero como concepto de mujer. El rol de mujer en un puesto donde ella se animó a llevar una empresa junto a otras mujeres, eligiendo a mujeres. Un rol que estaba lleno de dificultades porque se habían ido a los jesuitas, pero ella fue un instrumento porque Dios le estaba pidiendo, era obediente a lo que Dios le pedía. Y si me permiten también dar un dato de color. Estamos próximos a festejar nuestro 25 de mayo. Por su casa pasaron muchos de los hombres que van a hacer este gran cambio que fue la revolución de mayo. Ella fue una mujer fundante en valores. Nunca trabajó políticamente, sino que trabajó simplemente para llevar valores y ese anhelo de libertad a cada una de las personas, y no hay dudas que estos hombres de mayo entendieron perfecto el concepto de libertad… Además que un 25 de mayo también aparece milagrosamente su cuerpo».
