Carta del Lector: «La Patria que no fue», por Edgardo Barberis

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Compartimos un texto que nos envía Edgardo Barberis:

 

«Era el 28 de junio de 1966. Un grupo de subversivos luciendo el uniforme del Ejército Argentino, tratan de imponerse al Sr. Presidente de la Nación, el Dr. Arturo Umberto Illia, exigiéndole su renuncia.

Anoticiado de lo que acontece, el Oficial de Guardia de Granaderos, el Teniente Primero Aliberto Rodrigañez Riccheri, decide oponer resistencia. Es un granadero a caballo, y debe cumplir con el deber que la Patria les ha impuesto: velar por la seguridad del Presidente, aún al precio de su vida y la de sus hombres.

Dispone de solamente treinta granaderos, y algunos suboficiales, para tal difícil tarea.

Rodrigañez Riccheri aposta las ametralladoras en las entradas principales, y en las escaleras de acceso. Distribuye su puñado de hombres en puntos estratégicos de la Casa Rosada. Cierra puertas y ventanas. Mientras en las calles adyacentes, comienzan a llegar unidades militares golpistas. Todo un ejército.

Cuando llegan los cabecillas de la insurrección a Casa de Gobierno, el joven Teniente Primero les advierte que no avancen, porque sino abrirá fuego. Los sediciosos, sorprendidos, se detienen. ¡Un puñado de Granaderos contra todo un Ejercito!

Llaman al Coronel D’Elia, jefe del Regimiento de Granaderos que estaba en el Cuartel de Palermo, y le dicen que telefonee al joven oficial para que deponga su actitud. El jefe del RGC les contesta que tiene el Regimiento armado y movilizado para salir en defensa del Teniente Primero apenas suene el primer disparo. Y agrega, que jamás le daría la orden de que se rinda, porque el Granadero solo está cumpliendo con su deber.

Azorados los sediciosos no pueden creer lo que oyen.

En tanto, Rodrigañez Riccheri reúne a su puñado de valientes y en el Patio de las Palmeras les dice:

– Granaderos, tal vez hoy nos saquen de aquí con las patas por delante. Pero espero que cada uno de ustedes cumpla con su deber.

Luego va y se presenta delante del Presidente Illia y le dice:
-Sr. Presidente tengo treinta hombres para resistir lo que sea. Espero sus órdenes.

Conmovido hasta lo más profundo de su ser, Illia ordena que deponga su actitud. No iba a permitir que se derramara ni una sola gota de sangre de «sus Granaderos». Porque Illia amaba a los Granaderos, ya que él había sido uno de ellos cuando hizo su Servicio Militar.

Y así, aquella «PATRIADA» de aquel puñado de granaderos no pudo torcer la historia del país. Con el derrocamiento de Illia se inauguraban años y años de desencuentros entre los argentinos.

De aquel día, se cumplieron este viernes 58 años.

Nuestro recuerdo y homenaje para aquel granadero a caballo que llegó a Presidente de la Nación Argentina, en un nuevo aniversario de su derrocamiento.

Y nuestra gratitud y admiración para el ahora General de Brigada Aliberto Rodrigañez Riccheri, un verdadero Granadero que supo cumplir con su deber, caballero que nos honra con su amistad.

Dos Hombres de Honor».

 

 

En la foto, imagen del Dr. Illia, Presidente de la Nación, estrechando la mano del Teniente Primero Aliberto Rodrigañez Riccheri. Foto de 1965 en los jardines de la Quinta Presidencial. Tapado por Illia, el CR D’Elía, Jefe del Regimiento.

 

Edgardo Barberis

Diputado nacional (MC)

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