Superando el cáncer de mama: una historia en primera persona

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Hoy cierra el mes de Octubre, este año pleno -aquí y allá- de mensajes de concientización sobre el cáncer de mama.

En GálvezHOY queríamos cerrarlo con un testimonio, y por esas cosas del destino, Sandra Rodríguez -docente, de 36 años y quien está en proceso de recuperación de la enfermedad-, nos escribe para contar su propia historia, movilizada por todas las actividades que se estaban desarrollando, porque la información es una gran aliada contra la enfermedad, y para decirles a las mujeres que están pasando por esta realidad, que al cáncer hay que enfrentarlo y poder llevarlo…

 

 

El diagnóstico: «Un día, de la mañana a la noche, me detecté una bolita, y ahí lo comenté con Pablo Brarda, que es mi ginecólogo, y ahí comencé con los estudios, con el mastólogo, y después de tener los resultados, hago la consulta con el oncólogo, con el Dr. Nicolás Frigieri, y ahí me da los pasos a seguir: quimioterapia, cirugía y rayos», recuerda, en tanto que al momento de conocer el diagnóstico «fue algo muy movilizante, chocante, difícil, pero se transita, y siempre tuve la fe en que se podía salir adelante».

La familia: «Fue un golpe, mi papá había fallecido de cáncer de páncreas, entonces fue como dos golpes en poco tiempo… Pero siempre fuimos muy unidos, mis hermanos como mi mamá, y mis dos pilares son mi marido y mi hijo, que es el motor de todo».

El acompañamiento: «A medida que uno se va enterando de cada paso, la contención está… Mi referente fue Ali Clementz, que estará siempre en mi corazón, que me impulsó y me dio las energías para transitarlo con fortaleza. Y Fer Montes también, ella fueron dos guerreras que siempre van a estar presentes en mi vida. También agradezco la contención y apoyo de todos los que forman la comunidad del Jardín Nucleado Nro. 108 donde trabajo, ya sea de directivos, como de docentes y asistentes escolares».

Los profesionales: «Me saco el sombrero con Pablo, con mi mastólogo y cirujano Sebastián Bernardi, con Nicolás Frigieri junto a la dra. Capelletti, las enfermeras como Analía Alvarez que me acompañó en el proceso de quimio, a todos en el COS en Sunchales en ATILRA, todos muy humanos, y eso es muy importante»

Hoy, tras tocar la campana: «La toqué en Sunchales, cuando terminé los rayos, tras 15 días de viaje, y agradezco la enorme contención de todos los profesionales que estuvieron conmigo. Y después de haberlo transitado, hoy estoy con la esperanza de que vaya todo bien».

Un mensaje a las mujeres: «Yo dejo como consejo a todas las mujeres que se toquen, que se palpen, y por más mínimo que sea lo que se detecten, que vayan a hacerse los controles, y más si hay antecedentes familiares. Y a quienes lo están padeciendo, que sigan adelante, y que se unan al amor de la familia, los amigos, porque siempre hay gente que te da esa fortaleza… En este tratamiento, un 60,70% está en lo anímico, cuesta y duele y el por qué a mí siempre uno se lo pregunta, pero hay que darle para adelante. Yo ofrezco contención a la que necesita, ya sea a la paciente o a familiares, porque siempre está bueno contar con alguien».

 

Le pedimos a Sandra que elija una foto para ilustrar la nota, y nos pasó ésta, la de su última día de rayos, ya en viaje a Gálvez junto a los choferes del 107: lo que marca el fin de una etapa, y el inicio de otra.

 

 

 

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