
Raimondi, tras trabajar en los incendios en el sur: «Ir en el helicóptero y ver todo quemado, era conmovedor»
«Viví una experiencia muy linda, en terreno que no conocía, la verdad. Se aprendió mucho de cómo trabajar en un bosque, un terreno totalmente diferente a lo que es Santa Fe, que es llano y donde lo máximo en que trabajamos es en una cañada, en un monte, y allá era todo roble, araucaria, con tierra fofa, complicada… Fue muy difícil, pero linda experiencia».
De esta manera, el bombero Tomás Raimondi, único de Gálvez que participó en el combate del fuego en el sur, relataba este martes lo vivido en el incendio de Valle Magdalena, en el Parque Nacional Lanín, sector 6, donde trabajó junto a sus pares de la Federación Santafesina. «Teníamos el comando armado en Junín de los Andes, fueron de laburo cinco días de corrido y tuvimos dos descansos, en total fueron nueve días con viaje incluido, con un día completo de viaje», mencionando que «había chicos de Neuquén, había chicos de La Pampa, había de Santa Cruz, mucha gente de todos lados, fue un operativo bastante grande. En mi rotación de relevo eran 25 personas, la mayoría brigadistas, pero después había 3 personas de staff que se encargaban de la logística en el día, si había que comprar algo o si se rompía algo, un encargado de todo el comando y 3 personas de Comunicaciones».
La rutina era a las 6 de la mañana levantarse, 6 y media desayuno, 7 de la mañana viajar desde la base militar donde dormían hasta el Comando, y ya 8 y media, «te buscaban los helicópteros, te llevaban al terreno, y 5, 5 y media pegábamos la vuelta. Si no pasaba nada, porque hubo días en que tuvimos que replegar antes por tema de viento o tema de clima. Un día por ejemplo, se levantó mucho viento y no sabíamos si íbamos a tener que pasar la noche ahí o íbamos a tener que volver caminando y estábamos muy lejos. Por suerte calmó y pudimos regresar».
El grupo que integraba Tomás «trabajó sobre puntos calientes que se les llama, donde lo que hacíamos era un perímetro, una faja, entre lo quemado y lo no quemado, para evitar que si se reactivaba el incendio, siga quemando para el otro lado». Afortunadamente, «según la cuenta oficial del Parque Nacional Lanín en Instagram, hoy el incendio está contenido, no está controlado, queda guardia, ceniza y todo eso, pero eso ya lo trabaja la gente misma de Neuquén».
El galvense entendió que la experiencia «va a ser única e irrepetible, yo creo, porque va a seguir habiendo incendios forestales, pero el grupo humano que se formó hizo que sea una experiencia bárbara, de la que me traigo mucho conocimiento de cómo trabajar en esos incendios, y amigos, me hice muchos amigos de Santa Fe, de la misma brigada que no conocía y de La Pampa». «Lo que más me llamó la atención -reflexionó- fue cuántas hectáreas se habían quemado (según la última información, fueron 24.100 hectáreas)… La verdad es que ir en el helicóptero y ver todo quemado era conmovedor, pero bueno, sabíamos que estábamos trabajando ahí para evitar que todo se siga quemando».
Finalmente, tras lo vivido agradeció «a mis amigos y a mi familia que siempre estuvieron bancando, y al cuartel de Bomberos de Gálvez por permitirme ir para allá».