Finaliza la Semana Mundial del Parto Respetado: para repensar el proceso de nacimiento
Desde el Centro Cre-Ser, no queremos ser indiferentes a esta semana mundial (que está finalizando) del Parto respetado, por eso compartimos con los lectores de GálvezHOY algunas reflexiones.
En estos últimos años que corren, la Perinatología ha debido replantearse conductas o normativas que han causado daño (sin duda alguna sin proponérselo) al momento de asistir, o participar del momento trascendental en la vida de una mujer, su hijo y la familia, como lo es el parto.
Mucha agua ha pasado bajo el puente, y de los errores también se aprende, ya que si no se hubiesen vulnerado derechos elementales, para este sagrado binomio madre e hijo, estas leyes en favor de un Parto Respetado, o libre de violencia, no existirían.
Pero soplan vientos de cambios, y el paradigma, o la mentalidad de los futuros médicos obstetras, obstétricas, y de todos los profesionales, o personas involucradas al nacer, es inevitable.
Se trata de volver a las fuentes. A lo que en definitiva, encierra el término de la Obstetricia, que es nada menos que estar a la espera. En actitud amorosa, paciente, tranquila, observando, conteniendo, cuando se está frente a una mujer embarazada, o en trabajo de parto. Alejándose un poco de las normas, y enfocándose más en lo emocional.
La meta sería entonces, desde lo académico y formativo, cambiar el viejo modelo médico hegemónico y repensar el proceso de nacimiento, con una mirada sensible, humana, respetuosa de los derechos de la mujer, y del niño, centrada en las necesidades reales de la parturienta.
El caminohacia las verdaderas Maternidades Centradas en la Familia.
RESPETO POR LAS NECESIDADES DE LA MADRE Y EL BEBÉ EN TODA CIRCUNSTANCIA
¿Qué pasa entre nosotros que hoy necesitamos de una campaña anual y hasta una ley para proteger los derechos de las madres, sus acompañantes y las personas por nacer?
Porque aún en estos tiempos, es más común que ellos experimentan abusos de sus derechos de ser respetados. Aunque sorprenda y duela y aunque haya personas que han tenido experiencias de buen trato, de respeto por los tiempos fisiológicos, de no intervenciones innecesarias y de no separar madre y recién nacido lamentablemente, seguimos escuchando familias que nos refieren sus grandes penas. En el momento más contundente para la formación de esa persona que por primera vez entra al mundo.
Un bebé nace una sola vez en la vida… es un momento sagrado. Las primeras horas de su vida, como las primeras semanas y meses son claves en su formación física y también psicosocial. Si un ser nace y es recibido con apuros, con ruidos estridentes, con luces fuertes y es separado de su madre, no es de sorprender que responda con angustia que se transforma en estrés y malestar. Que esa sensación de desprotección le hace reaccionar con miedo.
Y si naciera respetando sus tiempos biológicos -sin cesáreas innecesarias, sin medicaciones innecesarias–, en un entorno tranquilo, cálido y es colocado enseguida en el pecho de su madre piel a piel? Podemos comprender que su primera experiencia de la vida es tan, pero tan distinta.
Tan distinta que quiere prenderse a la teta y luego descansar en los brazos de su madre para que los dos se repongan y se preparan para devolverle a la vida lo que han recibido. Una mirada amorosa, confiada, de respeto por sus necesidades.
- Respetar las necesidades de la madre y el bebé en toda circunstancia es un derecho. Pero antes que nada es sentido común. Es ser humano. Nuestra forma de cambiar el mundo, es cambiar la forma de nacer.