«Esperar con amor es creer que cada segundo de paciencia, te acerca más a lo que el corazón sueña»

«Esperar con amor es creer que cada segundo de paciencia, te acerca más a lo que el corazón sueña»
Anuncio

Como cada semana, te contamos la historia en primera persona de un perri de Reserva Canina. Te pedimos que no compres, que adoptes, y que así conozcas todo el amor que estos animales te pueden brindar…

 

«Hola, me llamo Astor.

No sé con certeza cuántos años tengo, pero sí sé que llevo mucho tiempo esperando. Vivo en el refugio, donde me cuidan con amor, donde hay manos buenas que me acarician, voces suaves que me llaman por mi nombre, y comida todos los días. Estoy a salvo. Pero aún así, sigo soñando con algo más: un hogar de verdad.

Estoy en el canil 29 del pasillo 1, junto a mi compañero Limón. Él es puro movimiento y alegría, siempre va de acá para allá, porque a su cuerpo le sobra energía. Yo soy más tranquilo, tengo más años. Me gusta observar, escuchar a los pájaros y también pensar, soy más melancólico. Limón tiene otitis, y cuando los cuidadores vienen a ponerle las gotas, él se queja bajito. Entonces yo me acerco y me planto delante de ellos. No es que quiera impedirlo, sé que lo hacen por su bien… pero no puedo evitarlo. Me sale protegerlo. Porque así soy yo: su hermano mayor que lo cuida y apaña.

Ya no soy joven. No salto como antes, no corro tanto. Pero tengo otras habilidades: una paciencia infinita, una ternura callada, una lealtad que no se agota. Cuando alguien se acerca al canil, yo no ladro ni me agito. Solo bajo la cabeza despacito y me acerco. Es mi forma de pedir una caricia sin molestar. Una manera de decir: “Estoy acá, si querés podés tocarme”.

Soy un perro muy cariñoso. Me basta con una mano que me toque suave, un ratito de atención, un gesto simple. Cada vez que alguien me acaricia, me quedo quietito, con los ojos cerrados. Guardo esos segundos en mi memoria como si fueran oro… y cuando se van del canil los sigo recordando como el momento más feliz del día. Y porque, aunque no tengo mucho, tengo amor para dar.

Sé que no soy perfecto. No tengo el brillo de un cachorro, ni hago piruetas para llamar la atención. Pero tengo algo que no todos tienen: paz. Tengo amor, calma, y una historia que me enseñó a valorar cada cosa buena que me pasa.

Si estás leyendo esto y sentís que en tu casa hay lugar para un perro como yo, acá estoy. No voy a pedirte nada más que un pedacito de cartón y un poquito de tu tiempo para que me abraces. Quiero saber lo que es mirar por una ventana. Dormir sin barro. Ser esperado. Ser parte. Ser querido.

Estoy en Reserva Canina Gálvez, esperando esa oportunidad. No me olvides… no soy sólo un perro, soy Astor»

GH PLAY

Cargando...

GRUPO INMOBILIARIO

czerweny.ar

Banner Collage

Banner Quaranta

PUBLICITE AQUÍ