ABRIGANDO-TE: muchas manos solidarias tejieron cuadraditos de lana para dar abrigo
«Estamos viviendo muy, muy felices este momento… La verdad que es una tarde soñada, porque teníamos en cuenta que en una de esas podíamos hacerlo en la plaza, Dios nos regaló un día bellísimo, así que estamos disfrutando con las chicas el momento, la charla y la parte solidaria«… Así se refería Edith Giavedoni, una de las impulsoras de la propuesta ABRIGANDO-TE a la reunión a puro tejido que se desarrolló este sábado por la tarde frente a la iglesia. «Con Andrea estamos sorprendidas de la convocatoria, nos fueron hablando a las dos, algunas nos avisaron que llegaban un poquito más tarde, y acá estamos», añadió.
Andrea DÁmico, por su parte, se mostró muy a gusto porque «las alumnas del Taller, que me acompañan siempre en mis locuras, vinieron y mucha gente que no pudo venir, me avisó que iba a tejer. Esta mañana de hecho recibí fotos de gente viajando y tejiendo. Así que estamos con el corazón re contento, y Gálvez tiene esto de ser muy solidario y siempre se compromete con todo lo que armamos… estamos muy agradecidas«.
La iniciativa fue reunirse, mate o té de por medio, y tejer cuadraditos de lana de 20x20cm., para ir sumando y armar mantas para que Cáritas entregue a quienes lo necesiten en este invierno. «Se podía al crochet o a dos agujas. Cualquier punto, lo que nos salga, lo que sí, solamente el requisito era que sea de 20 por 20 centímetros, para después al unirlo no tener que renegar tanto, por así decirlo. Y las que quieran colaborar, pueden tejerlos y acercarlos a la secretaría parroquial en un paquetito que diga CARITAS».
De esos cuadraditos «que los han tejido con tanto cariño para el otro, para abrigar un corazón, se necesitan 63 para formar una manta de una plaza, una plaza y media. Así que esperamos también seguir, que ésta no sea la primera y última vez, pudiendo empezar una ronda de tejedoras, en estos encuentros que fortalecen tanto, apuntando a este objetivo solidario. Hoy tenemos un día cálido, pero el invierno nos ha sorprendido -cerró Edith-, y la necesidad es mucha».